lunes, 28 de mayo de 2012

Somewhere



Hay un lugar para nosotros. En alguna parte. Lo sé. Hay un lugar para nosotros. Puede que exista para nosotros alguna ciudad incendiada de sueños, entre el olvido y el perdón, donde podamos quedarnos. Y refugiarnos del frío que hace ahí fuera, mientras nos bebemos las huellas, borrachos de lo que nunca hicimos. Y escaparemos de las calles de este mundo demasiado ocupado en vivir, y volaremos sin aviones. Y las puertas se abrirán sin que nuestras manos sangren. Y el viento, confirmará nuestras palabras en lugar de llevárselas.

Hay un lugar para nosotros. En la otra orilla. Al otro lado del puente. Atravesando un pasillo de luz parpadeante. Y cruzaremos el arco iris de neón, y pararemos el taxi que siempre se escapa, y te llevaré a desayunar a un sitio bonito. Y descalzos, tomaremos una taza con un poco de verdad, mientras vemos como la lluvia moja las calles de mentira.

Hay un lugar para nosotros lejos de este pensamiento estancado, lejos de esta secuencia en blanco y negro, del triste papel secundario que representamos, en un laberinto sin estrellas, en el proyecto piloto de lo que no hemos tenido. Y estaremos desnudos en la alfombra, amándonos un poco más en cada segundo de nuestros relojes rotos. Y crecerán flores en los andenes, en las vías, en mi alma, en las aceras.

Estamos a medio camino de un lugar para nosotros, a medio camino de convertirnos en algo distinto de lo que siempre fuimos. Y mientras tanto, mientras buscamos la salida, la única salida que nos queda, dibujo una puerta de emergencia en un papel parecido a la muerte, y escribo, como si fuese la última vez. Y te encuentro, esperando en ese mismo instante, en ese mismo lugar, para nosotros... 

To say "I love you".


Asistí desde muy temprana edad, desde un lugar privilegiado, a la puesta en práctica del siempre popular arte del insulto. Algunas de las mujeres de mi calle, tenían la saludable costumbre de arreglar sus diferencias asomándose a los balcones de sus casas, después de ponerse a ventilar las sábanas conyugales de sus vecinas, sacudiendo piedras encima. Más adelante, hube de vérmelas con el vocabulario de una cantidad considerable de hijos de puta de toda clase y condición.

Con esto quiero decir que, si la ocasión lo requiere, no soy de los que se lavan la boca con jabón: soy de los que escupen. Soy de los que escupen las palabras más dañinas si de lo que se trata, si de lo que estamos hablando es de causarle a alguien, a quien sea, el mayor daño emocional posible.

Pero es ahora, a mi edad,cuando por fin acierto a entenderlo: el insulto, el peor insulto,es decirle a la otra persona, y decírselo mirando a los ojos.

"te quiero".

Cuando sabes fijo, positivamente fijo, que no lo estás diciendo de corazón.



Say It To Me Now by Motion City Soundtrack on Grooveshark


** Adaptación ligeramente retocada del poema "el peor insulto", del libro de poemas "Loser", de David González.

martes, 22 de mayo de 2012

El desfiladero de los renglones.


...Despertar. Arrancarme las legañas. Inyectar la mirada en líquido de lentillas. Es muy temprano. Demasiado temprano. Mi perra corre. La maleza está enorme. Las espigas son dardos, que lanzaba de niño a otros niños, ahora a mi perra. Sus patas pisan unas margaritas. Me despisto. Me despista pensar que la marea de los días arranca las flores. Pero tú eres como el loto. Estás en la superficie. Siempre en la superficie. En mi azotea. Por encima del pensamiento. 

Es muy temprano. Salgo de casa, con las llaves equivocadas. Me despisto. Eres un loto, en la azotea. No quiere sentirme ansioso. Ni correr para coger el tren. El dichoso tren. Siempre el tren. Por el camino de tierra hay pisadas de zapatillas. ¿Sigues teniendo las Chuck Taylor? El otro día quise comprarme unas como las tuyas. Pero estaban demasiado limpias. Las prefiero sucias, descoloridas, con la puntera de goma manchada, con las plantillas llenas de arena de playa, y  cortes en los laterales, por caminar de puntillas. Me despisto. Extrañar, recordar, olvidar, todo es la misma imagen. Eres un loto. Estás en mi azotea. 

Bajando las escaleras mecánicas mis manos manchadas de tinta, se manchan de grasa. Hay una chica esperando al tren. Se come un yogurt. Sostiene la cuchara con dos dedos, el resto los lleva vendados. A mi me duele la mitad de la cabeza. Con la otra mitad sostengo una flor de loto. Y extraño, y olvido los recuerdos vendados. Y me despisto. Eso dice mi jefe: eres listo, pero te despistas. 

Por fin en el tren. Hay dos películas en mi bolso de cuero. Un documental filmado por la Coixet ,  y por Win Wenders, y por Fernando León de Aranoa, ese con la melena blanca que viste el otro día en Lavapies. También un musical llamado Once, sobre un tipo pelirrojo, muy british, con cara de buena gente, llamado Glen, que canta con una guitarra rota, una voz rota, y un corazón roto. Pero conoce a una chica con una aspiradora rota, y el alma casi también. 

Suena una voz en Spanglish. Esa dichosa voz. Odio esa voz. ¿Porqué dice media distancia train? Miss. Remember. Forget. Todo es lo mismo.¿Sigues en mi azotea? Eres un loto. Me despistoEl vagón es un calcetín sucio lleno de gente. Todo está tapado por la gente. Demasiada gente. Hay tanta gente que apenas puedo ver esas piernas bajo un bolso innombrable, que pone rendez vous.

Se acabó el viaje. Se acaba mi moleskine del petit prince. Justo ahora que alguien deja de mirar su black mirror para espiarme. ¿ O para despistarme? Me da vergüenza que pueda leer el vómito de esta secuencia drogada, este suicidio en el desfiladero de los renglones. Las palabras, las ideas, la inspiración ya descansan en el cementerio del lenguaje. Eres un loto. Sobre la superficie. Extrañar, recordar, olvidar, todo es la misma imagen. Y me despisto.... 

**Palabras textuales arrancadas de las dos últimas hojas de mi pequeña y preciosa moleskine.

domingo, 20 de mayo de 2012

Hindi Zahra


Un día en mi peluquería sonó Hindi Zahra. No tardé en preguntar por esa voz, en inglés con acento afrancesado, que acariciaba el ambiente. Podría decir que en medio lavado ya me había conquistado. 


Cantautora, nostálgica del blues, el jazz y  la chanson. Un viaje entre el folk y el soul, entre oriente y occidente. Un cous cous musical delicioso y exótico. Una combinación que recuerda a Ella Fitgerald y Amalia Rodrigues. He leído que fue vigilante del Louvre, y que un día alquiló un apartamento, y se encerró durante meses en el salón para grabar, mezclar y producir sus temas. Con sus manos llenas de tinta y su boca llena de versos en Inglés, Francés y Tamazight nació Hand Made.

Entre una brisa ligera, que se cuela por la ventana abierta de una buhardilla en Montmartre; o el aire cálido, revolviendo el polvo del desierto hay una voz cuyo eco suena en Fez, Paris, San Francisco y Madrid. 


Un dulce en tiempos amargos, una ventana abierta donde asomarse a lo lejos. Masticando unos dátiles. Escuchando a Hindi Zahra poco antes del concierto de Coldplay. He aquí mi último descubrimiento, mi apuesta musical.

domingo, 13 de mayo de 2012

Una forma de vida- Amelie Nothomb


Querida Amelie Nothomb.

He terminado de leer su libro titulado "una forma de vida". Dicen los entendidos que este libro refleja una fase de madurez en su literatura. Yo he leído algunos de sus libros; unos me han gustado más que otros, pero reconozco que tras leer éste, me siento mucho más cerca de usted que antes.

Sólo quería contarle una anécdota. Adquirí el libro en la biblioteca municipal. Camino de casa,  encontré una tarjeta rosada que presumo hacía de marcapáginas. Abrí el libro y el marcapáginas cobró vida, descendiendo vertiginosamente hacia el suelo. Se trataba del cupón de un comedor social. En los bordes, recuadros con días agujereados correspondientes a las comidas del mes. En el centro, una pegatina con un número y un nombre tapando otra pegatina similar. En el mundo real, las personas somos como pegatinas, como entes abstractos serigrafiados. Números, palabras desenfocadas, etiquetas: unas por encima de otras. 


Me he puesto a indagar sobre la identidad del nombre que figura en la etiqueta. No he encontrado nada. Ninguna pista en Internet. Mi estúpida necesidad de poner ojos y manos a un nombre no ha encontrado respuesta en Facebook. De mi investigación sólo sé una cosa, tenemos un nexo en común: usted. ¿No le parece una casualidad extraña? Asistir a un comedor social y encontrarse con la historia Melvin Mapple. Yo sinceramente creo que es fascinante y me siento en la necesidad de contárselo. Podríamos hablar de Melvin, de la obesidad, de las teorías bioéticas, pero no voy a hablarle de eso.

Puede que después de leer mi carta, en el mismo montón, encuentre otra que le parezca más interesante, o más sincera. Sé que le gusta leer cartas, que intenta contestar a casi todas, pero sé que sabe desbaratar las invasiones egocéntricas. No imagina lo que me alegraría su contestación. Rajaría el sobre por una de sus esquinas, empezaría a leer su respuesta en las escaleras, sentado, sin darme cuenta de que el temporizador de la luz ha terminado su recorrido y estoy a oscuras. 

Yo también necesito escribir cada día. Sentirme como Kerouac y Bukowski al mismo tiempo, borracho y drogado. Yo también necesito buscar incesantemente el monstruo que aparece y desaparece a su antojo, como si fuese mi salvación, mi puerta de emergencia. No pretendo impresionarla. No me veo capaz de construir historias más interesantes que las suyas. Sé que me comprende. Tras leer su libro entendí de su capacidad para conocer a sus corresponsales, como Capote conocía los personajes de "A sangre fría". 

Me encantaría contarle más, quizás alguna novedad de mi investigación. He decidido realizar un experimento: dejar alguna pista de mi identidad al siguiente lector, puede que indague sobre mi, igual que yo sobre el anterior lector. Todos necesitamos que nos encuentren en la misma medida que buscamos. 


Usted será nuestro confidente. Respóndame. Espero que me escriba. Me gustan sus sombreros.

PATAPALO
MADRID, 13/04/2012


domingo, 6 de mayo de 2012

MAR DE AFUERA-Manuel Vilariño



En la frontera de la existencia, la materia aparece y desaparece. La ausencia cobra vida, como el eco del aliento en la noche. Soledad y silencio, sueño misterioso, calma, luminosidad tranquila. Un norte de escenarios despojados, una abstracción de paisajas helados. La naturaleza indecisa, tan cerca y tan lejos.

De las montañas nubladas y los bloques de hielo, a los lagos volcánicos. De Galicia a Islandia. Del espacio al tiempo. De turner a Friedrich. 

Texturas. Superficies. Manchas. Contemplación del mundo natural y su naturaleza más salvaje. El poeta que mira. Manuel Vilariño (Premio nacional de fotografía 2007).


Si algunas imágenes de este video te resultan inspiradoras, tienes una cita obligada  en el Circulos del Bellas Artes hasta el 08/07/2012.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Blue train


El temblor producido por el movimiento del vagón estimulaba mis rodillas, provocando una extraña sensación de placer. Concentrado en las nubes geométricas y los destinos desvanecidos, cerré los ojos. En un laberinto de digresiones, conseguí encadenar dos pensamientos reconfortantes. Me abandoné a los sueños amplificados a ritmo de jazz. 


...Mis músculos elásticos dejaron de estar agarrotados, como cuando me lavaste el pelo, como cuando tus dedos recorrieron los baches de mi frente y el rumor de tus labios se acercaba a mis ojos. Tus manos dueñas de mi sensorialidad. Me siento a salvo. Es un momento espiritual. Puedo saltar de un recuerdo bonito a otro con nitidez. Vivo en paz. No tengo enemigos, aunque si los tuviese vencería. Soy capaz de resolver acertijos, encontrar las palabras adecuadas. Decir todo aquello que nunca me atreví a decirte. Estoy ágil, crecido, desbordado quizás. Podría cambiar cualquier final. Escoger para mi uno evocador....

 Un ruido imprevisto me sobresalta. Un ligero cansancio me invade. Mis ojos no obedecen, se abren espontáneamente. Mi mirada submarina sale a la superficie. La realidad nace. Los sueños mueren. Las puertas se abren. Todo ocurre demasiado deprisa. Creo que debería bajarme antes de que sea demasiado tarde.

In a Sentimental Mood by John Coltrane on Grooveshark

martes, 1 de mayo de 2012

A.G.Roemmers-El regreso del Joven príncipe.


"A la gente a la que le gusta el orden suele, en la mayoría de los casos, detestar las sorpresas y todo aquello que escapa a su control. Pero cuanto mayor es el control que ejercen, menos disfrutan. Les gusta vivir en un mundo  que gira en una órbita exacta y predecible, un mundo sin asombro ni maravilla. Los cambios, por pequeños que sean, les provocan enfado o preocupación, y nuestra inestable realidad esconde incontables ocasiones para ambas cosas".

El principito, hijo pródigo de Saint-Exepéry, ha vuelto. Despegó del asteroide, surcando todos los planetas hasta llegar a la tierra, aterrizando en la Patagonia. Ahora es un joven príncipe que mantiene intacta la inocencia inquieta, que en su día le convirtió en un símbolos de los valores perdidos.

En un viaje en coche por la autopista de la vida, el escritor argentino Alejandro Roemmers, se encuentra con él. Lo utiliza como pretexto para escribir un compendio de valores. Pensamientos filosóficos sobre cuestiones tan fundamentales como la fraternidad, el conocimiento de la realidad, el destino, la consecución de la felicidad, los recuerdos o la evolución espiritual.

Un libro, evidentemente de autoayuda, de enseñanza, de parábola, que quiere hacernos recordar con buenas palabras, todo aquello que no debemos olvidar.....Y así, descubrir el sonido de las estrellas como si fuesen quinientos millones de cascabeles..

Definitivamente ( apunto en mi pequeña moleskine del Petit Prince), este tipo de libros, con olor a las historias de Coelho, no me acaban de convencer.